6 mayo 2021
El presidente Joe Biden
anunció un nuevo y ambicioso objetivo climático nacional en la cumbre mundial
sobre el clima celebrada el 22 de abril. Se comprometió a reducir las emisiones
de carbono de Estados Unidos a la mitad, sí efectivamente, reducir emisiones a
la mitad para el final de esta década —un descenso del 50%-52% para 2030 en
comparación con los niveles de 2005— y a aspirar a las emisiones netas cero
para 2050.
De acuerdo con Fast
Company, el nuevo objetivo es un gran acontecimiento porque reúne formalmente
las diversas ideas sobre infraestructuras, presupuesto, política reguladora
federal y acciones dispares en los estados y la industria para transformar la
economía estadounidense en un gigante altamente competitivo, pero muy verde.
También señala al resto del mundo que “Estados Unidos ha vuelto” y está
preparado para trabajar en el cambio climático.
Con el compromiso de Estados Unidos,
cerca de dos tercios de las emisiones mundiales actuales proceden de países que
se han comprometido a alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo.
El
sector eléctrico es el principal impulsor en Estados Unidos y en el mundo. Las
investigaciones del Laboratorio de Berkeley muestran que, en los últimos 15
años, Estados Unidos ha reducido las emisiones de carbono del sector eléctrico
a la mitad en relación con los niveles previstos.
Los nuevos compromisos se
anunciaron en el contexto del primer gran evento diplomático de la Casa Blanca
sobre el cambio climático: una reunión de los 40 principales países emisores,
entre ellos China, Rusia, India, el Reino Unido y varios países europeos. Estados
Unidos es el segundo emisor de gases de efecto invernadero del mundo y uno de
los que más emite por persona. Pero sus emisiones son menos del 15% del total
mundial, por lo que es esencial que lo que ocurra en EE. UU. esté vinculado a
un esfuerzo global.
La promesa de la Casa
Blanca es audaz, pero sigue siendo larga en adjetivos y corta en verbos
creíbles. Queda por ver si tendrá un impacto en la acción interna o si ayudará
a convencer al mundo de que Estados Unidos es un socio fiable y duradero en
materia de cambio climático.
En razón a lo expuesto, las
políticas del gobierno anterior guiadas por Donald Trump para repotenciar la
industria de los combustibles fósiles y también el desinterés por enfrentar el
cambio climático dieron un nuevo saldo negativo para el medio ambiente a lo
largo del 2018 dejando como consecuencia el aumento excesivamente de las emisiones
de dióxido de carbono. Así que la iniciativa de reducir las emisiones guiada
por el nuevo gobierno de Biden para ayudar a contrarrestar la contaminación
ambiental a partir del análisis detallado de los datos revelados acerca del
aumento de la contaminación, se puede concluir que lo que produce mayor
contaminación es el drástico crecimiento
de la demanda de electricidad, lo cual convierte a EE.UU. como el segundo país
que más contamina. Dicho esto, la calidad del aire en Estados Unidos está
disminuyendo drásticamente, lo que deja a la población del país, respirando
aire insalubre y muy contaminado. Por ende, es muy necesario que se tomen
cartas en el asunto atreves de la censura de las empresas que más contaminan y
a la vez promover una economía verde con el objetivo de reducir los riesgos
ambientales y la escasez ecológica, en donde EE. UU. pueda seguir con su
capitalismo extensivo mediante un desarrollo sostenible sin degradar más el
medio ambiente.
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